Quien pretenda ser un buen integrante de equipo o esté dirigiendo uno, si no es preciso, claro y generoso en la comunicación, estará por mal camino.

Para avanzar, direccionar, planificar, motivar, exponer y muchas otras funciones más, la buena comunicación nos allana el camino. Hay una forma muy simple para saber si nos estamos comunicando bien: “el resultado”.

Las interpretaciones no deberían existir si estamos realizando una buena comunicación y por lo general son base de muchos de nuestros conflictos: “yo creí que me habías dicho, yo interpreté que tenía que haber hecho, yo supuse que ibas a estar…”. También necesitamos un buen receptor porque hay personas que aunque nos esforcemos no querrán comunicarse con nosotros y viceversa.

¿Conoce a personas que nunca entiende lo que dice? O por el contrario, ¿conoce a personas que con solo un gesto sabe lo que quieren decir? Claro que sí.

“…Al principio me molestaba el ruido, la ciudad, los autos. No entendía por qué hablaban a los gritos, cuando en la montaña nos entendíamos perfectamente comunicándonos en susurros…” Daniel Fernandez (sobreviviente de los Andes)

¿Puede el ser humano no comunicar absolutamente nada? En el próximo artículo profundizaremos en este tema.

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