Si tuviéramos la responsabilidad de formar un equipo y por un lado nos presentan a personas con experiencia, inteligentes, informadas, persuasivas, capacitadas y por otro a personas confiables, responsables, comprometidas, creativas y solidarias, ¿por cuál de los grupos iniciaríamos la selección?

Los que trabajamos en el área sabemos que generalmente la focalización de búsqueda se centra mayormente en el primer grupo.

Los organismos internacionales en sus términos de referencia para contratar consultores marcan como primordial que tengan “al menos cinco años de experiencia en el área”

¿Por qué?

Porque dan por sobreentendido que el técnico tiene los valores que expusimos en el segundo grupo.

Ahora ¿es válida esta creencia?

Rotundamente no y así es que en oportunidades la presentación de informes, el cumplimiento de cronograma, las capacitaciones realizadas y el relacionamiento con los integrantes de equipo no son muchas veces lo que esperábamos. Sin dejar de darle importancia a todas las variables tanto del “tener” (primer grupo) como las del “ser” (segundo grupo) lo que tenemos bien claro es que lograremos  alcanzar un mejor resultado con integrantes comprometidos, solidarios y responsables que con brillantes expertos que no tengan estos valores. El arte de liderar equipos tiene mucho que ver con identificar estos virus y saber aplicar el medicamento correcto.

“Los equipos exitosos tienen fundamentalmente una base sólida en valores”

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