Ya hicimos referencia a dos características que diferencian a los equipos de los grupos, “autonomía” y “complementariedad”. Digamos que son  diferentes pero “primos hermanos” en este ámbito.

Iremos anexando variables para clarificar conceptualmente estas dos mecánicas de trabajo.

Imaginemos a un grupo de padres de la escuela o colegio.

Los directores generalmente los convocan para compartirles los avances de actividades, comentarios acerca de cómo van funcionando las clases, requerimientos para organizar algún evento, etc., siendo la función de cada padre ir, escuchar, intervenir y tomar alguna acción si fuera necesario.

¿Se requiere una unión entre los mismos? No.

Cada padre funciona en  forma totalmente independiente del otro, lo que no significa que no se conozcan o lleguen a compartir alguna amistad.

Lo cierto es que en ese grupo no se requiere una cohesión entre los miembros. En cambio el relacionamiento que observamos entre integrantes de un equipo, por ejemplo en un equipo de rugby, de fútbol o como en cualquier otro deporte es básico.

Cuanto más unidos estén, mejor funcionan, mejor interactúan, mejores son los resultados.

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