Los que hemos profundizado en el área y también hemos tenido la experiencia práctica de coordinar o liderar equipos de trabajo sabemos fielmente que si no es en la totalidad, en la gran mayoría de los equipos hay al menos algún integrante que “en toda solución encuentra un problema”.

Si filosofamos sobre esto hasta podríamos decir que son necesarios, pero no es por este lado que pretendemos abordar el tema. Lo que sí nos interesa trasmitir es que teniendo en cuenta que en todo equipo o grupo hay personas que pueden llegar a entorpecer el proceso de evolución que todo equipo necesita, debemos hacer atención especial a ello.

Esta atención es función primordial del líder debiendo tomar acciones que minimicen los inconvenientes que este integrante provoca. Las formas son muy variadas dependiendo de que “tipo de complicado es”. Tengamos en cuenta que el conjunto de personas que integran un equipo vienen con sus diferentes creencias, modalidades, temperamentos, etc. Es así que el líder coordinador debe tener en cuenta estas variables, saberlas identificar, administrarlas eficazmente y ponerlas al servicio de los objetivos que se pretenden alcanzar.

Cuidado con poner “al complicado” en contra del equipo. Los demás integrantes lo harán en forma natural y por tal, como líderes coordinadores debemos generar el equilibrio para que “todos” se alineen al resultado pretendido.

Esto es función fundamental de un líder coordinador de equipos de trabajo.

“Si no identificamos al complicado busquémoslo porque está. Y si continuamos sin encontrarlo, tendríamos  que evaluar si no somos nosotros mismos”.

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