Separados son fuego, juntos son dinamita.

Todos nacemos con grandes capacidades creativas que vamos erosionando en la medida que vamos creciendo.

Así es que de pequeños nos observamos generando imágenes, hacemos y decimos lo que sentimos sin que nos importe el “que dirán”, peleamos por lo que queremos sin medir consecuencias, cantamos y saltamos sin importarnos si lo hacemos bien o mal.

En pocas palabras, sin conocimiento éramos muy felices.

Es que en la primera etapa de nuestra vida utilizamos naturalmente el hemisferio derecho del cerebro pasando al izquierdo cuando crecemos, lugar donde está el raciocinio, lo lógico, lo que tiene que ser o lo que debe ser según las creencias que nos vamos imponiendo.

Nos guste o no este proceso es y seguirá siendo así, solo que algunas actividades fomentan la utilización de nuestra creatividad, como por ejemplo las actividades artísticas.

¿Significa esto que el conocimiento no sirve? No.

Es tan importante como lo creativo, pero solo con el conocimiento no alcanza.

Muchas situaciones por más conocimiento que tengamos, si no somos creativos, estamos fritos. Y también, sólo con creatividad no llegaríamos a solucionar muchos temas, sobre todo en el área científica.

¿Entonces?

Es muy importante aplicar tanto el conocimiento como la creatividad, conocimiento estudiando y creatividad practicando.

¿Se desarrolla la creatividad? En el próximo post profundizamos en esto.

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