Cualquier objetivo que definamos requiere de una planificación estratégica y una serie de tácticas para su logro, tanto sea en lo organizacional como en lo personal.
También podemos improvisar, no planificar, no accionar tácticas, llevándonos indefectiblemente al fracaso.
En Uruguay, como en la mayoría de los países en desarrollo, las organizaciones son sensibles a las coyunturas de crisis o de apogeo económico. En una economía “vulnerable” la total certeza es difícil de alcanzar aunque hayamos planificado, pero sí minimizaremos los riesgos a los desvíos que se generen.
Las estrategias son globales, las tácticas particulares.
Las estrategias son a mediano y largo plazo, las tácticas son a corto plazo.
Una estrategia requiere de varias tácticas para su aplicación.
Lamentablemente no observo a la gran mayoría de las pequeñas y medianas empresas aplicar estos conceptos. Lamentablemente no observo a nuestros gobiernos aplicar estos conceptos. Lamentablemente no observo a “muchas personas” aplicar estos conceptos para su vida.